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Un rayo me atravesó

FERNANDO NEIRA

 

Periodista.

Crítico musical. Colaborador El País. Autor Un Disco Al Día.

Hay un trasfondo conmovedor que explica mucho de lo que acontece en este tercer disco de Patricio y ante el que es difícil no estremecerse. Patricio tiene 37 años y un talento manifiesto en el inaprensible arte de escribir canciones, pero su vida emprendió un giro radical cuando en noviembre de 2015, después de interminables visitas médicas y dificultades para caminar, le diagnosticaron Parkinson juvenil. Al poco, su pareja, con la que compartía casa en un área boscosa a las afueras de Bruselas, puso fin a la relación, de manera que “Un rayo me atravesó” es la elocuente respuesta a una enfermedad rara y puñetera y a un quebranto sentimental de primer orden. Y con todo, este es un disco esperanzado, siquiera remotamente.

 

Da igual que el estudio casero donde se gestó haya sido bautizado como Las Ilusiones Perdidas, porque incluso hasta ese refugio que imaginamos recóndito se filtran algunos rayos: no de tormenta, sino de luz. Y, como nos recuerda en “Los lazos” el propio autor, “Para que entre la luz, todo tiene que estar a oscuras”. Patricio carga con quebrantos corporales y anímicos, pero ha encontrado aquí la redención de la melodía. Porque su aproximación a la canción de autor es rabiosamente melódica, un poco como le sucede también, sin ir más lejos, a Jorge Marazu.

 

La producción de Paco Salazar acentúa esa limpieza de unos arreglos sencillos y exquisitos, cristalinos más allá de algún efecto ambiental. “Pensaba que eras tú”, “Payasos” o la malévola “Sexy Esther” son canciones rotundas, encantadoras, de las que se adhieren a los pliegos de la memoria. Y luego está, claro, “Sabrás quererme así”, sospechamos que la más autobiográfica. Y dolorosa. “Por mis venas corre la mala suerte”: eso sí es un dardo certero.

"Las canciones están para jugar con ellas"

PABLO MARTÍNEZ PITA

Periodista.

Redactor ABC en la sección de Cultura.

Pertenece al ámbito de los cantautores que se patean, con cierta regularidad, los clubes y salas de conciertos de Madrid y amplios alrededores. Sin embargo, Patricio tiene una personalidad única. En sus canciones es capaz de compaginar sus más dispares influencias, entre los que se encuentran sus admirados Vinicio Capossela y Julio Iglesias, aunque también a Calamaro o Nick Drake.

 

Subirá al escenario de la sala Galileo para mostrar las muchas virtudes de su más reciente trabajo, "Jijí jajá & Trilirí Tralará". Se trata de su segundo álbum tras "El beso", y en el que, abandonando esa confusa imagen de latin lover, de nuevo nos cuenta historias románticas, irónicas y repletas de sorpresas. Patricio observa el mundo a su alrededor, incorpora unas gotas de imaginación y humor, y nos lo cuenta a su manera, siempre dejando el corazón en cada nota.

 

Pablo: Has incorporado nuevos ritmos, como una rumbita y un bolero (en la canción "El mar"). ¿Cómo te ha dado por ahí?

Patricio: En la composición he intentado e intento escuchar y probar cosas nuevas. Al final para mi el disco es como un centro comercial, y tiene que tener su tienda de mascotas, su híper, su perfumería... Hay artistas que hacen discos de rock fantásticos. No sé, me atraen muchas cosas y no veo por qué no pueda jugar con ellas a pesar del riesgo. Al fin y al cabo, hacer canciones y tocarlas es solo material de juego.

 

Pablo: Tus canciones en general parecen partir de una observación de lo que ocurre a tu alrededor. ¿Cómo es ese momento en que decides que algo merece la pena que forme parte de tu repertorio, o qué es lo que debe tener una situación para inspirarte?

Patricio: ¡¡Que gran pregunta!! No es empírico. A veces dices: «Haré una canción con esta idea o observación», y luego acabas en otro lugar. Son impulsos vitales (algo así) que van llevándote a la canción. Pero, como te decía antes, lo de las canciones en el fondo es solo material de juego con el que uno juega , se divierte, crea. Ambiciona... Y de ese viaje va naciendo la canción.

 

Entrevista completa

"Me atraen artistas que venden mucho, aunque luego también tengo mis placeres privados"

CARLOS MOLINA

Autor del proyecto musical ORPHEO.

Fundador, coordinador y redactor del proyecto RockInBilbo.

Colaborador en radios varias (RNE, Onda Cero, Onda Vasca, Radio Popular, Europa FM).

"Jijí Jajá" ha sido uno de los descubrimientos musicales de este año 2012. Una pasada de EP, o primera parte de "un disco en dos actos", que nos ha posibilitado conocer a uno de los artistas más personales, y prometedores, de la escena nacional: Patricio.

Antes de nada, elogiar tu propuesta tan personal, arriesgada, ecléctica y… ¡tan buena! Un estilo personal presente desde la popera portada y el arranque de la cautivadora "Habitación 306", con su pop, funky, hip hop, rapeos… Vamos a conocerte un poco mejor:

 

Carlos: ¿Cuándo comienza Patricio a dedicarse a la música, y cuáles han sido tus experiencias musicales hasta este "Jijí Jajá"?

Patricio: Empiezo a los 14 años en mi cuarto con los discos de Los Beatles. Como todos, he pasado mucho tiempo en el cuarto con los discos y la guitarra. A partir de ahí ha habido una evolución tanto en la letra como la música. He ido descubriendo y escuchando otra música. Las experiencias han sido muchas, las mejores en estudio y en directo. Siempre.

Carlos: Tu primera demo, "Murciélagos", también de cinco cortes como este último trabajo, te llevó a hacerte un nombre en el circuito independiente madrileño y tras ella surgieron (algunas) comparaciones con Andrés Calamaro. ¿Qué recuerdas de ese trabajo?
Patricio: Muchas cosas. Lo grabé en Villaverde Bajo con Ivan Mur. Salía de trabajar, cogía el coche, iba al lugar donde grabábamos y pasábamos las horas analizando estructuras, descubriendo sonidos… investigando sobre las canciones de Murciélagos. Ese EP-maqueta me trajo cosas muy buenas. Gracias a "Murciélagos" se abrieron muchas puertas, antes cerradas.

Entrevista completa

El mundo de las canciones

MUSIKAZE

Portal web dedicado en exclusiva al mundo de la música.

"El Beso", el primer trabajo de Patricio es como recuperar las austeras grabaciones de los primeros cantantes donde lo que primaba era la canción, con la única ventaja de contar con una mejor calidad de grabación, cada sutil detalle de su voz y guitarra se disfruta sin interferencias, además de producir esa inconfundible sensación de orgulloso individualismo y voluntaria soledad. De este modo se descubre que se trata de una obra, de un ideal estético, cuya categoría, calidad y belleza esenciales, resultan tan sólidas que soportan cualquier tratamiento.

 

Patricio magnetiza adjetivos, ideas polares, habilidades, c(u)alidades y virtuosismos. Magnetiza también chaladuras de diverso calibre, casi todas plausibles. Compositor, multi instrumentista, osado aventurero, utópico, con un punto de encandilador farsante. Con todo, su propuesta es beatíficamente inclasificable. Es de los que derriban murallas con el verdadero soplo de la imaginación. Patricio ha sido durante toda su infancia y adolescencia un apasionado de la música, inclinándose por la que ha ido asimilando en función de su ubicación geográfica, hasta el punto de llegar a idealizar el lugar. Le apasiona la música clásica y la ópera, Nick Drake y Benjamín Biolay, Mc Cartney, Cole Porter, Vinicio Caposella, Claudio Baglioni, Morente, Juan Luis Guerra, Calamaro, Beck y otro muchos más…  

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